A alguien muy especial:
Eras joven, recién despertabas del letargo de
la inocencia, desplegaste tus alas al viento, como tantas otras aves y demostraste
tu talento en el vuelo. Fuiste de las mejores entre aquello que quisiste ser la
mejor. Sólo quienes amabas pudieron ver el dorado aliento de tus fauces.Tantos creyeron que solo eras
mitología errante, tantos lo creen, que cuando vuelvan a ver en el cielo un deseo
arcano, tu sueño hará que el mundo lama tus heridas. Hasta aquellas tan
profundas que ya no curaron como antaño.
Pero envejeciste y tan solo seis ciclos lunares, tan solo, duro
tu estampa de falsa ave, pues sin darte cuenta, ya eras solo polvo. Polvo
candente, bailoteas al son del viento bailón y de tantos modos. Tal es tu falta
de dirección que parece que tiempo te recoge entre sus manos para obtener tu
perdón. Algunos lo vieron como caías, fue en picado, y pocos aflojaron tu
caída. Treinta y seis lunas para volver a ver tus ojos color fibra de arena.
Treinta y seis lunas para volver a purpurear el cielo con un titubeante compás,
ahora eterno, de locura y reconocimiento. Porque eres genio y, sin locura, ¿qué
genialidad existe?
Tu vicio más conocido te dio el consejo: "Desadormécete o morirás, al no poder volar, y querer cruzar el avismo". La vista hacia un hermano que revoloteaba en el cielo te dio ánimos y, como siempre, las cenizas se unen en una
verdadera danza… Y tú, ave fénix, renaces de tus cenizas, escupes en fuego las
cadenas invisibles que te atan y descubres de nuevo tu camino para ser aprendiz
de vuelo. De ser ceniza al cielo, ave fénix, ascético ascenso de la tierra al hogar de los dioses. Tu camino lo sello el destino del
viento y tu potencial como ave alada quedo aminorado por tu propia combustión.
Pero renaciste, siempre lo haces. Ahora, eres
tú quien marca tu dirección, eres tú quien usando la razón en otra lengua
decides tu destino.
Crees ser un ave y eres un superhombre, crees
surcar el cielo y surcas el tiempo, crees ser ceniza y solo fue tu presión
enfermiza, crees ser ahora alado y tan solo eres lo que debiste ser. Porque a
todos se nos da lo que se nos merece, y si luchaste por un futuro como ser
legendario, tu legendario futuro luchará por lo que merece. Ahora ubicas tu
destino entre la nada y la unidad. Muchos intentarán golpearte pero otros seres
también legendarios y con el mismo destino contigo y por ti irán.
Ahora, encierra tu ira en un papel y lánzalo al
viento, haz que arda con tu aliento, y, espera un momento, quizá también lleve
dentro, como tú, un alma-lienzo, y no muera. Sí, estoy en lo cierto. O, tal vez, todo se cuestión de tiempo... Desconfiaron en ti,
marcaron tus alas como símbolo de engaño, sin conocerte, tan solo gritando a
tus cenizas.
Ahora pregúntate qué será de tu poder sin el
aire que te mantiene y mata, ahora que tú eres tu mayor enemigo y que ya no
eres mariposas. Llamea, critica al golpe de suerte que fue en realidad lo que
te hizo fuerte. Siente como el beso de la muerte hoy es tu poder y, como, con
gracia y virtud, te hizo ser hoy quien eres tú.
Asciende, asceta aldente, tu poder en el conocimiento futuro no tiene precio… Golpea, con virtuosa majestuosidad, pues son
tus alas al cruzar el océano, voz de eternidad.
