miércoles, 17 de julio de 2013

Sobre el poder y nuestro rol (1/2)

Las relaciones humanas, nos guste o no, se basan en relaciones de poder. Podemos enmascarar este poder con estructuras como miedo, respeto, cariño, amor o simplemente exculparnos a nosotros mismo que aquello que deseábamos hacer no estaba acorde con la situación. La conclusión es que todas las personas nos relacionamos ejerciendo poder sobre unos y dejando caer el poder de otros sobre nosotros mismos.

Mi definición (haciendo alarde de mi gran conocimiento en el mundo de la filología) en el ámbito de las relaciones humanas daría un resultado así: el poder es la capacidad de cambiar los actos predeterminados de una persona para con nosotros por cualquier característica o comportamiento que presentemos. Se fundamenta en aspectos como que se encuentra establecido en la sociedad, en nosotros mismos y es de un orden tabú o que prefiere no definirse.

Entre otros encontramos el aspecto es una de las mejores armas del poder. Se maquilla de mil formas esperando otra consideración. Pero es, de cualquier otra manera es falsa, todo lo que se hace por el aspecto tiene como finalidad alcanzar y ejercer un mayor poder. Resulta hasta ridículo reflexionar en como llega a modificar el trato con una persona el aspecto físico que presente. Así ocurre también con el dinero, eamor, los actos (¿Quién le niega el poder de quien arregla humanos?), el aspecto intelectual (siempre es más parecerlo que serlo) o el miedo.

Ahora bien, ¿qué es lo que nos hace a unos y otros diferentes? Es cierto que todos contamos con la base de humanos, entonces, será el "rol" por el que optemos el que determinará el poder que ejercemos y que nos es ejercido. El rol es la convicción del ser. Es de aquella manera que sentimos que es justo (valorando nuestro poder) que se nos trate. Pese a ello, es una creación tan natural como ridícula. su omisión nace al transformar mundo en escena y nosotros en personaje obtenemos un nuevo rol.

Reflexión curiosa la que encuentro entre los factores de poder y el crecimiento humano. Es algo que nos guste o no forma parte de nosotros. Pongamos por ejemplo, el aspecto, más allá de las creencias obtenidas por la sociedad y de la misma experiencia, en él cursan paneles fisiológicos. Pulsaciones que se aceleran, manos que sudan, comportamiento vehemente. Con ello, llego a la conclusión de que el rol, la unión de nuestros factores de poder y la valoración de los mismos, nace como método de supervivencia entre los humanos.




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