lunes, 17 de noviembre de 2014

Creíste tomar tu camino

"Va dedicado a toda rosa que con su delicadeza y fortuna, cree ser dueña y es poco más que con precio una etiqueta que muchos pueden pagar"

Tomaste tu camino; Collige, virgo, rosas. Rosa hedonista verás pútrido tu efecto cuando tus pétalos caigan, uno a uno. E intentes de una manera triste y forzada conseguir recuperar el aspecto rosado de antaño.Contratarás al mejor de los artistas que con minucioso pincel pretenderá restaurar tu desflore. Pero el cambio, no de crisálida a mariposa será, y, buscando la felicidad, cederás al más desidioso de los zánganos tu pulpa a probar.

Tomaste tu camino; Collige, virgo, rosas. Aunque de virgo poco, más bien fue un cáncer. Un dolor que si no se para a tiempo, se extiende por todo el cuerpo. Una juventud que se pudre. Una ilusión que no se encuentra.

Tomaste tu camino; Collige, virgo, rosas. Y si fuera del país donde Tenochtitlan fue imperio, cedería a decir  la última palabra, sí, y con cualquiera.

Creíste tomar tu camino; Collige, virgo, rosas. Inmutable mi fe puesta en montañas, mientras tú pretendes saciarla con falsa idiosincrasia, creyendo que eres tu quien guía tu barca. Eres un fallo en el progreso, aquello por lo que no se puede decir que el progreso trae consigo progreso. Noche etílica el mayor de tus suspiros, creyendo que el alcohol te riega cuando en realidad es aquello que mata tu riego. Tu ilusión es vino que seduce pero de mal sabor. Tu humor que crees tan deseable, no lo es. Y buscándome las risas, se acerca peligrosamente a mí. Pero con desilusión tuya me aparto.

Mi mayor tesoro es mi paradoja, pero lo prefiero antes de que el tiempo pueda arrebatarme todo aquello por lo que considero que estoy vivo. Mi arte, mi sueño, mi cielo, mi suerte, no se vende, ni se alquila, ni viene con engaños y mentiras. Por eso, tú ríes aquello que me da fuerzas, yo río que a ti no hay nada que te las de. Que tu bien sea insaciable, que tu mente, perturbada, te dé fuerzas. No perdono al azar, pero sí a los tristes diablos que se acercan sin quererlo a mí. A veces demasiado, esperando algo más de mí. A veces demasiado, creyendo que lo van a conseguir.

Yo moriré con el ¡hey, Rama! en la boca. Tú, probablemente, con otra cosa y sin palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Y si te gustó, dele al like