domingo, 29 de mayo de 2016

Que toda la vida es sueño...

" Nos prometieron que los sueños podrían volverse realidad. Pero se les olvidó mencionar que las pesadillas también son sueños" - Oscar Wilde.


Los primeros rayos de sol molestaron a mis párpados, alcé mi vista al techo y suspiré con la osadía de quien no teme. Me reencontré con mis errores, me perdoné y, no sé, asimilé el hecho de que el pasado no volvería. Cruce mis dedos con fuerza tantas veces jurando y perjurando que aquello que ocurría no era más que un vago sueño inducido. Una permanente broma de la existencia que me encadenó a una forma de vida inocua y con falta de sueños. Pero ahora, ahora abría los ojos. El tiempo no perdona, la suerte se busca y la vida emociona. Golpeé con ansias la pared, proclamando que ese dolor era mío. La pared hacía polvo mi mano, sí, pero ese dolor era mío.

Cansado de estar durmiendo, y ahora, cansado de estar tumbado, noté como mis manos podían moverse, como mis piernas resultaron ilesas tras tanto tiempo en la inopia. Ahora podía levantarme, demostrar al mundo que perseguiría nuevos sueños y que mi sueño había acabado. Ahora, mi cuerpo se desengranaba y rompía las cadenas invisibles que me mantenían unido a la cama.  

Lo primero, como es normal, fui en busca de aquellos que me echaron en falta en mi sueño. En su regazo encontré el milagroso final de mi desorbitada espera: la mayoría sonrieron asombrados de que me encontrara tan bien después de una simple pesadilla. ¡Si supieran lo que viví! Pero que más da, ahora la vida es la que yo construyo, no existen reglas ni milagros, solo esfuerzo y el andar de mis peldaños. 

Con mi entusiasmo olvidóseme que el día tiene su noche y no quise olvidar al mar entre aquellos con los que quería reconciliar mi parte. Así, que marché hacia él. El roce de la arenosa materia que forma al acostarse la temple mar sobre nuestra tierra me hizo dudar y me pregunté si sería suficiente con mencionarle unas palabras cerca de ella. Pero finalmente, me decidí a tomar el cuerpo de la mar con el mío.

Pequeños movimientos despejaban mi ser, fue la redención completa de un cuerpo acostumbrado a arder. Aspiré aire y volví a la parcela porosa. Será allí cuando escriba mis memorias y recuerde que estoy despierto. Fue así hasta que Morfeo licuó en forma de brisa marina su esencia y mis parpados quedaron cerrados mientras mi cuerpo yacía en la arena. 

Los primeros rayos de sol molestaron a mis párpados, me desperté y nada y todo había sido un sueño.


"Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión.
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños,sueños son" - Calderón de la Barca.




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