martes, 28 de octubre de 2014

Acordes de una vida

 "No creo en el destino, solo en la casualidad. Pero ya es la segunda vez que me la vuelve a liar"

La inspiración se desata cuando el dolor hace mella. Y es que mi sentimiento fue siempre un arma de doble filo, que haga daño o autolesione, inspira. Me sonroja ver mi paradoja, a más dolor, más inspiración. A más inspiración más placer.

Es costumbre alarmarse cuando no sabemos como actuar. Pero qué ocurre cuando el no saber cómo actuar se convierte en costumbre: día tras día; noche tras noche. Cuando el día a día se convierte en incertidumbre. Cuando ya no se vislumbra la cumbre. Cuando solo nace del pecho la ilusión de volver atrás en el tiempo. De ser el herudito, de ser el artista de la vida. De tomar la estela en el piélago. De formarme en esto que llaman mundo.
 
Eres tú la única forma de cordura. Eres tú musa de musas. Tus formas son la única forma de sobriedad que existe. Un trance sin emoción es la vida sin tu presencia, pero lo prefiero antes de estar sin estar a tu lado.

Maldigo esa ilusión adolescente que, harta de vino, pretende engañarme, obligarme a ilusionarme. Una ilusión convertida en fantoche que decrece porque el ramo engrece en el desván donde fue olvidado. Encolerado por no poder entender nada, por una ambición confusa que me hace de todo mi ser una ilusión esclava.

Dime ¿si esto es inútil, que miedo tienes a perderlo todo? Seguiré, para ti, siempre aquí, por mucho que quiera olvidarte, el poeta de las manos manchadas de tinta te esperará. Enlodado y por los sueños destrozado aquí estaré. Hasta que el sol pestañeé, hasta que la muerte ya no tenga a que morir, ahí estaré. Incluso cuando nada quede, cuando, cuando hasta la vista se me altere, ahí estaré. Porqué tú no eres ojos, si quiera corazón... Tú, tú, eres mi maldición. Una locura indomable, un miedo que no se vence. Y, con todo, y, a pesar de todo, eres tú, una más. Y es que mi yo, no sería mi yo si no fuera porque te vi. 
 
Quizá sea un romántico, un bohemio, un tío que transmite en lo que escribe. Y así, toco lo ascético con tu virtud y tu eterno tal vez. Y ¿qué importa si soy capaz de retratar la vida en una linea? Si tú, tú, no eres mía.

Olvidé que amar es una locura, sin remedió ni ningún tipo de cura. Olvidé que ensayar sonetos se hace con dos cuartetos y dos tercetos. 

Y cómo siempre un doloroso fin: Sé que nunca te podré alcanzar, pero siempre me quedará un arte que me hace temblar. Tu nombre, una ilusión y una lágrima forman el mayor acorde de mi vida. Con una letra a la que es de fácil metáfora pero de difícil rima.











No hay comentarios:

Publicar un comentario

Y si te gustó, dele al like